También la luz es triste.
Yo me fui en unos ojos,
cuando la tierra comenzaba.
Y apenas era dios.
Navegaban retazos de la noche.
Aún no era hora de despertar, y despertamos.
Lejana la caliente cosecha.
Y sin saber morir, moríamos.
Pregunto a las cosas si el aire me ha olvidado,
si aún retienen los patios un halo de mi infancia.
También la luz es triste y no ha partido.
Yo puedo ser así.