otra conversación sobre feminismo en ese bistrot de la bastille
le dije que iba a quedar con mi amiga de parís
y no pareció molestarle ¿por qué debería?
los dos sabemos de sobra que nuestros corazones
son grandes y que en ellos a veces resuenan las
risas de los otros eso nunca nos ha importado
en la teoría pero la práctica siempre es diferente
un corazón grande no ocupa más que un puño
y ahora los suyos están cerrados
aunque estratégicamente escondidos bajo la mesa
de este restaurante de la bastille en el que cenamos
sin hambre y bebemos sin sed pero con ansia
por saber qué pasará por nuestras cabezas
quién dirá lo siguiente quién le pondrá nombre a esto
que estoy sintiendo y que me consume con calidez
puños cerrados boca cerrada
tal vez ella solo esté diciéndose que a estas alturas
la risa en el corazón ajeno no significa nada
que la risa en el corazón ajeno solo es un trámite
o que la risa en el corazón ajeno nos hará más fuertes
ella pone su mano al fin sobre la mesa de madera
del restaurante de la bastille y la acerca a la mía
con timidez y un silencio que se me antoja brillante
sé que no estamos haciendo nada revolucionario
tal vez solo estemos dejando de querernos