Dormirme esta noche
requiere ciertas convicciones.
Por ejemplo, saber que no morirás
dos veces, que no existe para ti
la probabilidad de una muerte solitaria
ni en otros universos ni en otras dimensiones,
saber, por ejemplo, que este es tu único final
y que ahora retornarás a niña lentamente
con la dulzura de un cerezo
que pierde, una a una,
sus flores en verano.